Lo mejor que podemos hacer para parar la pandemia por coronavirus es seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y quedarnos en casa. Sin embargo quedarse en casa durante tantas horas y tantos días, no es una situación fácil que puede desencadenar tensiones, miedos, angustias, ansiedad.

¿Cómo detectar si estamos ante un cuadro de ansiedad y cómo superarlo?

La ansiedad avisa de diferentes formas. Empecemos por el físico. Normalmente los signos y síntomas que describiré a continuación te llevarán a consulta del médico si se mantienen durante varios días. El susto puede ser importante.

a) Síntomas físicos: presión en el pecho, sensación de falta de aire, palpitaciones, sudoración, temblores, dolor de estómago, sensación de mareo, pérdida de equilibrio, rigidez muscular.

Muchas personas acuden a urgencias o a su médico de cabecera para descartar problemas cardíacos o problemas intestinales, por ejemplo. Algo raro sienten pero no son capaces de ponerle nombre.

Si seguimos explorando, llegamos a la sintomatología emocional:

b) Síntomas emocionales: irritabilidad, miedo, vergüenza, dificultades para expresar las propias emociones, dificultad para tomar iniciativa en situaciones en las que antes si se haría, agobio, angustia, sensación de estar volviéndose loco/a, sensación de «flotar» o de estar «fuera de uno mismo».

Estos síntomas ya pueden hacer sospechar de que algo más que lo físico está ocurriendo. Si bien, en muchos casos estos síntomas se tapan porque el pensamiento de estar volvíendose loco actúa como un factor de vergüenza que impide pedir ayuda en un inicio. Así como la frase de: «en una mala época» y la negativa a reconocer el problema. Hechos que pueden ralentizar el acceso a un profesional de la salud mental.

También se observan cambios a nivel psíquico y de pensamiento:

c) Sintomatología psíquica: problemas de memoria o de atención, hiperactividad, creencias disfuncionales, desconfianza, bloqueos, confusión, miedos infundados o a situaciones o personas que antes no lo generaban, sensación de incapacidad o inadecuación.

Estos síntomas son muy incómodos para la persona que los sufre. Suele sentir que hay un parloteo constante en su mente que impide obtener la serenidad suficiente para enfrentarse al día a día.

Y a su vez todo lo anterior repercute en las relaciones sociales provocando los siguientes problemas:

d) Síntomas a nivel social: aislamiento, sensación de incomodidad en situaciones sociales, agobio al encontrarse en lugares concurridos u oscuros como por ejemplo teatros, cines o ascensores entre otros, verborrea o silencios (incapacidad de hablar o mostrar las propias opiniones).

Estos son algunos de los síntomas más frecuentes de la ansiedad. Es importante conocerlos para así poder anticiparte a ellos y no asustarte. La ansiedad se retroalimenta por el propio miedo que generan los mismos síntomas. Un paso importante en la recuperación es comenzar a identificar que lo que está pasando no es más que ansiedad. Que sí, es molesta de narices, pero no pasa nada más que eso y por lo tanto se puede solucionar. Eso sí, con trabajo y siguiendo las recomendaciones de un psicólogo.

¿Qué puedo hacer si tengo ansiedad?

  1. Identifica tu propia respiración: no hagas nada por cambiar tu ritmo respiratorio. Simplemente obsérvalo. Concentra tu atención en ella. Si aparecen pensamientos o sensaciones distractoras reenfócate en tu respiración.
  2. Intenta llevar el aire a la parte más baja de los pulmones. Para que te resulte más sencillo pon una mano encima de tu barriga y coge aire (inspira). Para saber si estás llevando el aire a la parte más baja de los pulmones tu mano tendrá que elevarse. Algo así como si echaras barriga pero mediante la inspiración.
  3. Intenta llevar el aire ahora a la parte media de los pulmones, al estómago. Nota como durante la inspiración pasa el aire por la barriga y acto seguido por el estómago. Como si inspiraras en dos pasos.
  4. Ahora sí, lleva el aire a la parte alta de los pulmones: al pecho. Aquí durante la inspiración has de notar como tras el paso 2 y 3, en este se te hincha el pecho.
  5. Mantienes el aire unos segundos.
  6. Sueltas el aire sintiendo como baja por el pecho, después estómago y después vientre.
  7. Practica esta respiración consciente, prestando atención a los movimientos, para que después puedas extrapolarla de forma automática a otras situaciones vitales.

 

Si estos días te sientes agobiado, con miedo, con ansiedad,  nuestra psicóloga Carlota Serrapio se pone a tu disposición para ayudarte. Solo tienes que ponerte en contacto con nosotros.