Caída de cabello estacional o alopecia telógena: ¿por qué se produce y qué podemos hacer?
El efluvio telógeno o alopecia telógena es una forma de caída difusa de cabello que se suele presentar como una caída mantenida durante unos pocos meses. Este tipo de alopecia se conoce de forma común por muchos y diversos nombres como: muda del cabello, caída de otoño, caída estacional o caída de cabello por estrés.
La realidad es que este tipo de alopecia se produce por un amplio grupo de factores externos y del propio cuerpo y con casi toda probabilidad todos vamos a padecerla en algún momento de nuestras vidas.
¿Qué le sucede al cabello?
El efluvio telógeno se produce por una alteración en el mecanismo de regulación del ciclo del pelo. De forma normal cada pelo de nuestro cuero cabelludo pasa por tres fases:
- Fase de crecimiento: también llamada como fase anágena. Para un cabello normal el 90% de los folículos pilosos se encuentran en esta fase y suele durar entre 2 y 6 años.
- Fase de involución: también llamada fase catágena, se caracteriza por un período en el que la raíz del pelo se vuelve más pequeña, hasta que se desconecta de la raíz. Es una fase que deriva rápidamente en la siguiente.
- Fase de reposo y caída: también llamada fase telógena, este período dura unos 3 meses y suele ocurrir, en el cabello normal, al 10% de nuestros pelos. Es una fase de espera y transición a la caída, en la que el pelo ya no está conectado a la raíz y no crece. Normalmente entre 50 y 150 pelos en esta fase se desprenden de nuestro cabello todos los días, pudiendo ser un número mayor cuando nos lavamos la cabeza.
En un cabello normal, inmediatamente tras la fase de caída se reinicia el ciclo apareciendo un nuevo pelo, pero en la gente que está padeciendo efluvio telógeno esta fase de caída ocurre en un porcentaje de pelos mayor al habitual, reduciendose así la densidad del cabello. En ocasiones en este tipo de alopecia también se produce un estancamiento del folículo en la fase de reposo, impidiendo que vuelvan a iniciar el ciclo de crecimiento.
¿Por qué se produce?
Múltiples factores pueden favorecer el funcionamiento anormal del ciclo, produciendo un efluvio telógeno. Los principales son:
- Enfermedad: tanto enfermedades breves pero intensas como una neumonía, como enfermedades prolongadas en
el tiempo, como las endocrinas pueden producir la entrada del cabello en efluvio telógeno. Por frecuencia cabe destacar los problemas de tiroides. - Cirugía mayor u hospitalización: el estrés físico y mental que se produce por una cirugía mayor o una hospitalización prolongada puede ser la causante de este tipo de alopecia.
- Embarazo y parto: también conocida como efluvio gravídico es una de las causas más frecuentes y conocidas de la caída.
- Pérdida de peso rápida o restricción calórica o proteica.
- Deficiencias nutricionales: las más frecuentes son de hierro y zinc. La vitamina D también parece influir en la caída, aunque los estudios realizados hasta ahora son controvertidos.
- Abuso de fármacos o drogas.
- Estrés emocional.
- Enfermedades del cuero cabelludo: dermatitis seborreica o enfermedades infecciosas pueden producir alteración del ciclo normal del pelo.
¿Puede ocurrir en cualquier época del año?
Aunque mucha gente habla de la muda del pelo, de forma similar a la de las hojas de los árboles, relacionándolo con el otoño, la realidad es que esta caída puede producirse en cualquier época del año. Aunque no está demostrado, es posible que este incremento subjetivo de efluvios en el otoño puede deberse al fin del verano, momento en el que siempre estamos más relajados y activos, pasando al estrés de la vuelta al trabajo y uniéndolo en muchas ocasiones a dietas para perder peso.
Si es una caída temporal, ¿por qué yo la noto desde hace varios meses e incluso años?
Aunque en la mayoría de los casos la alopecia telógena se autolimita a unos pocos meses, en algunos casos puede mantenerse durante años. Cuando dura más de 6 meses se conoce como efluvio telógeno crónico. Estos casos suelen responder a algún factor desencadenante no detectado (como un déficit nutricional mantenido). Aunque en algunos casos, por muchas pruebas que se realicen no se encuentra el causante, denominándolo efluvio telógeno crónico idiopático.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se realiza a través de un examen minucioso del cabello en el que es fundamental descartar otro tipo de alopecias como la alopecia androgenética o la alopecia cicatricial. Durante el examen visual se realizan diversas pruebas como la pilotricción, que consiste en tirar suavemente del cabello y valorar el número de pelos que se desprenden, así como la tricoscopia. En raras ocasiones puede ser necesario realizar una biopsia del cuero cabelludo.
Es fundamental acudir a la consulta para examinar el cabello con el pelo sucio, ya que si se lava el pelo el mismo día de la consulta se produce el desprendimiento de un gran número de cabellos y esto puede dar lugar a falsos resultados en la pilotricción. Además, con el pelo sucio, es más sencillo descartar ciertos problemas del cuero cabelludo como los hongos o la dermatitis seborreica.
Hablar con el paciente sobre las posibles causas es una parte muy importante. Normalmente se solicita un análisis reciente de hierro, ferritina, zinc y hormonas tiroideas para descartar posibles carencias o enfermedades.
¿Cómo se trata?
Lo principal es intentar localizar la causa. Por ejemplo, en pacientes con deficiencias nutricionales puede resolverse el problema simplemente con unos complementos vitamínicos o un cambio de dieta. En la gente en la que el estrés emocional es un factor predominante puede mitigarse con un cambio de hábitos de vida, desde realizar ejercicio hasta una dieta adecuada. También se recomienda buscar ayuda psicológica en los casos más complicados.
Hay que tener en cuenta que tienen que pasar un mínimo de tres meses hasta la restauración del ciclo normal del pelo, por lo que todos los tratamientos o cambios en la rutina diaria pautadas no se notarán durante ese período.
¿Qué podemos hacer si no se localiza el factor desencadenante o ese factor no se puede suprimir?
En los casos en los que se el efluvio se prolonga en el tiempo, cuando es muy severo o se quiere acelerar el cambio, se suele aconsejar el tratamiento con Minoxidil. El Minoxidil promueve el crecimiento del pelo, prolongando la fase de crecimiento y acortando la fase de caída, además hace que los pelos finos se vuelvan más gruesos. Los efectos del Minoxidil no pueden ser evaluados de forma inmediata, siendo necesarios de 3 a 12 meses para empezar a vislumbrar el éxito del tratamiento. Algunas personas aprecian una mayor caída del cabello al iniciar el tratamiento con Minoxidil, esto es normal ya que los cabellos que están en fase de reposo o caída se desprenden para permitir al folículo iniciar la fase de crecimiento.
Tratamientos cosméticos
No está demostrado que los tratamientos cosméticos de farmacia o peluquería aporten beneficios. Mucha gente nota mejoría al aplicarlos ya que la evolución natural del efluvio telógeno implica la recuperación en unos meses, como ya explicamos anteriormente.
Intervenciones estéticas como la mesoterapia con ácido hialurónico o el plasma rico en plaquetas, parecen favorecer la entrada de los folículos “dormidos” en la fase de crecimiento, aunque en los pocos estudios que han sido realizados hasta ahora no se ha
podido demostrar de forma absoluta este beneficio.
Artículo escrito por la Dra. Sandra Mateo, dermatóloga de Centro Médico Sanugal.