El Síndrome de la Cintilla Iliotibial o síndrome del corredor, o rodilla del corredor, es una lesión producida por sobreesfuerzo de los tejidos blandos en la parte distal del muslo, es decir, en la zona externa de la rodilla. Se conoce también como síndrome del corredor por la frecuencia con que se produce en este deporte, a consecuencia de la irritación de la zona lateral de la rodilla provocada por el deslizamiento repetido entre el tendón de la banda iliotibial y el epicondilo externo del fémur.  Acciones simples como cambios en el ritmo de entrenamiento, cambios de calzado o cambio de terreno, pueden producir un  roce anormal y  continuado de la cintilla iliotibial con el epicóndilo lateral del fémur y el movimiento repetido de flexo-extenxión de la rodilla durante la carrera provocando la inflamación de la zona.

Esta inflamación puede provocar dolor  incluso en la cadera, y genera sensación de sobrecarga antes de tiempo obligando a bajar el ritmo de la carrera, lo cual no significa que el dolor o las molestias cesen, ya que puede empeorar cuando se diminuye la intensidad de la carrera, en terrenos irregulares y cuesta abajo.

Causas de la rodilla del corredor

Las causas del síndrome de la rodilla del corredor pueden ser varias, por lo que fisioterapeutas y podólogos recomiendan tener en cuenta siempre los siguientes aspectos:

1. El tipo de carrera: los corredores de larga distancia tienen más probabilidades de padecer esta lesión porque este deporte require de movimientos con mayor incidencia sobre la cintilla iliotibial. La técnica de correr de una corredor de larga distancia presenta un mayor apoyo de talón que los velocistas, sometiendo a la cintilla iliotibial a mayor tensión.

2. Superficie de carrera: las superficies duras empeoran aumentan el riesgo de rodilla del corredor y suele ocurrir que la pierna lesionada es la que corre por la parte más baja de la pista.

3. El calzado deportivo. Es muy importante escoger una zapatillas de deporte adecuadas para cada deporte y atarlas de la forma más conveniente. La zapatilla debe adquirirse siempre teniendo en cuenta el peso del deportista, el tipo de terreno en el que va a entrenar y competir, la frecuencia de los entrenamientos y el tipo de pie frecuencia de entrenamiento y tipo de pie. En este punto, los podólogos pueden ser de gran ayuda.

4. Problemas biomecánicos. Es aconsejable acudir al podólogo para realizar un estudio biomecánico de la pisada que nos permita saber cuál es la forma y la función de nuestros pies. En este tipo de patología un pie pronado descontrolado, necesitará de un estudio biomencánico exhaustivo para saber si necesita una plantilla estabilizadora o una zapatilla con control de pronación, ya que este tipo de pies serán de riesgo para la inflamación de la cintilla iliotibial.

5. Posibles dismetrías: Comprobar que no tenemos una pierna más corta que la otra, ya que la pierna más corta en este caso sería la que estaría sufriendo  más castigo y aumentando las posibilidades de padecer el síndrome de la rodilla del corredor.

En los casos de rodilla del corredor, en Centro Médico Sanugal, en Ourense, apostamos por el trabajo coordinado de nuestra podóloga y de nuestros fisioterapeutas.