En Centro Médico Sanugal, en Ourense, contamos con una unidad de Foniatría dirigida por el doctor José Luis Bueno Díaz, en la que uno de los problemas que se tratan es la dislalia infantil.

Dislalia, la mala pronunciación de los niños 

Es un trastorno en la articulación de los fonemas que provoca una pronunciación incorrecta. Esta alternación en el lenguaje suele producirse en niños de edades comprendidas entre los tres y los cinco años y sino existe otro problema de fondo suele ser algo normal que tiende a corregirse con el tiempo y con un poco de estimulación, ya que el lenguaje acaba de desarrollarse completamente durante la adolescencia; es lo que se conoce como dislalia evolutiva. Es habitual que cuando los niños empiezan a hablar en lugar de agua digan aua, pero si esta mala pronunciación no mejora será necesario contar con la opinión de un especialista en foniatría.

Aunque como decimos suele corregirse de forma natural y con la estimulación adecuada, es importante hacer un seguimiento de la dislalia con el fin de descartar que su origen no se encuentre en problemas más graves. Acudir al foniatra a tiempo es clave para corregir la dislalia y evitar que esta alteración pueda causar al niño problemas en el aprendizaje.

La dislalia infantil se puede presentar de diferentes formas:

1. La dislalia funcional:  caracterizada por un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. El niño desconoce o realiza incorrectamente el punto y modo de articulación del fonema. No sabe hacer vibrar la lengua para pronunciar bien la RR, y suele reemplazar la S por la Z, o la R por la D.

2. La dislalia orgánica: genera dificultades para articular determinados fonemas por problemas orgánicos. Se presenta cuando existen alteraciones en las neuronas cerebrales, cuando tienen alguna malformación o anomalías en los órganos del aparato fonador.

3. La dislalia audiógena: se caracteriza por dificultades originadas por problemas auditivos. El niño se siente incapaz de pronunciar correctamente los fonemas porque no oye bien.

Cualquiera de estos tipos de dislalia se diagnostica con facilidad y  el tratamiento pasa por estimular al niño para producir sonidos, la coordinación de los movimientos necesarios y realización de ejercicios para automatizar el patrón muscular, entre otros. El tratamiento que aplicará el foniatra se centrará en:

1. Estimulación de la capacidad del niño para producir sonidos, reproduciendo movimientos y posturas, experimentando con las vocales y las consonantes. Se le enseñará a comparar y diferenciar los sonidos.
2. Estimulación de la coordinación de los movimientos necesarios para la pronunciación de sonidos: ejercicios labiales y linguales. Se enseña al niño las posiciones correctas de los sonidos más difíciles.
3. Realización de ejercicios donde el niño debe producir el sonido dentro de sílabas hasta que se automatice el patrón muscular necesario para la articulación del sonido.
4. Al llegar a este punto, el niño estará preparado para empezar con las palabras completas, a través de juegos.
5. Una vez que el niño es capaz de pronunciar los sonidos difíciles, se tratará que lo realice fuera de las sesiones, es decir, en su lenguaje espontáneo y no solo en las sesiones terapéuticas.

El objetivo del tratamiento es ejercitar la musculatura que interviene en la producción de los sonidos. Toda la terapia se organiza en toro a juegos que facilitan que el niño adquiera las habilidades necesarias y requiere del trabajo conjunto y coordinado del profesional y de la familia y de otros profesionales sanitarios si el origen de la dislasia es una malformación física.