El espolón calcáneo,  se trata de una patología del talón, de un calcificación de la fascia plantar en su inserción en el calcáneo debido a una inflamación crónica caracterizada por dolor punzante en la cara interna e inferior del pie, que se manifiesta con más intensidad por la mañana. Se trata de un dolor de tipo de mecánico que desaparece con el reposo y se exacerba al comienzo de la actividad. Puede provocar la limitación de la flexión dorsal del tobillo y puede reproducirse el dolor mediante la palpación de la tuberosidad.

Causas del espolón calcáneo

Según explican los fisioterapeutas y la podóloga de Centro Médico Sanugal, lo sufre una de cada cuatro personas. Pero, ¿por qué aparece el espolón calcáneo y por qué tiene una elevada incidencia?

La edad es uno de los principales factores desencadenantes, pero no el único. Las personas obesas o con sobrepeso, aquellas que pasan muchas horas de pie, la práctica deportiva intensa, o pacientes con pie plano o Tendón de Aquiles poco elástico presentan un mayor riesgo de desarrollar espolón calcáneo. Otro factor que puede provocar la aparición del espolón calcáneo es el uso de zapatos inadecuados, con suelas finas, tacones altos y finos.

Ejercicios adecuados contra el espolón calcáneo

1. Ejercicio de la toalla en el suelo. Siéntate en una silla o en el sofá para no perder el equilibrio, después, pon una toalla en el suelo frente a ti e intenta cogerla con los dedos del pie. Esos sencillos movimientos te ayudarán a recuperar la movilidad y aliviar el espolón calcáneo. Se recomienda realizarlo 3 vece al día.

2. Estiramientos leves. Apóyate en los bordes de una mesa y haz como si empujaras. De ese modo una de las piernas queda flexionada, y la otra ejerce un pequeño estiramiento en la zona del talón. Haz este ejercicio al menos durante 5 minutos dos veces al día.

3. Hacer rodar una botella de agua. Llenar una botella de agua y congelarla. Una vez congelada, ponerla en el suelo sobre una toalla, y pon el pie sobre ella, el pie donde sufras de espolón calcáneo, hazla rodar sobre tu planta del pie. Un movimiento repetitivo que deberá durar al menos 5 minutos. Hazlo tres veces al día.

Este tipo de ejercicios basados en suaves estiramientos, ayudan a mitigar el dolor. En algunos casos, los especialistas pueden recomendar el uso nocturno  de férulas y en casos graves puede ser necesario someterse a una intervención quirúrgica para resolver el problema.