El reflujo gástrico es una afección en la cual los contenidos estomacales vuelven hacia atrás desde el estómago hacia el esófago (el conducto que va desde la boca hasta el estómago), provocando irritación en el esófago y causando, entre otros síntomas, acidez y sensación de quemazón.. Una alteración bastante molesta que impide disfrutar de la comida e incluso lleva a muchos pacientes a descuidar la dieta.

Se trata de una de las patologías más comunes en la consulta de la dietista-nutricionista y doctora en Farmacia, Laura Fleire. En estos casos los objetivos que se pretenden lograr con la dieta es que el paciente no descuide su alimentación y garantizar que esta es sana y equilibrada y, evitar que se produzca reflujo y los síntomas que conlleva. La alimentación, básicamente, ha de constituir una dieta equilibrada y saludable, aportando mayor relevancia a las proteínas, que son el macronutriente más recomendable en este caso por su capacidad de aumentar la presión del esfínter esofágico inferior o la puerta de paso entre esófago y estómago. Es aconsejable que este esfínter se abra y cierre con suficiente fuerza para que no deje escapar el contenido del estómago hacia zonas superiores.

De forma general se puede concluir que las necesidades nutricionales del paciente con reflujo gastroesofágico se cubren con una dieta de contenido normal de hidratos de carbono (50-55% de toda la energía tomada), levemente hiperproteica (15-20%) en detrimento de las grasas, que deberían bajar un poco su cantidad total (25-30%), ya que provocan cierta relajación del esfínter que separa el esófago del estómago; si bien cada caso debe se estudiado de forma particular y la dieta  debe ser exclusiva para ese paciente.

Aunque a continuación se ofrecen unas pautas generales queremos insistir en que cada persona tiene unas necesidades especiales y que, por tanto, su dieta debe ser elaborada por un dietista-nutricionista para ser eficaz.

Recomendaciones nutricionales para pacientes con reflujo gástrico

  • No abusar de las grasas, ya que éstas relajan el esfínter esofágico inferior y el riesgo de reflujo aumenta. Por ello se recomienda cocinar con técnicas en las que se usa poca grasa como es a la plancha, al horno, al vapor, cocido. La temperatura del plato es otros de los factores a tener en cuenta. Los dietistas-nutricionistas recomiendan  no sonsumir alimentos muy fríos o muy calientes para evitar erritar la pared del esófago.
  • No abusar de alimentos precocinados; suelen ser platos bastante condimentados.
  • Evitar los platos o alimentos picantes y con muchas especias.
  • Consumo de productos lácteos bajos en grasas.
  • Moderar el consumo de carnes grasas como la de cordero, pato y de embutidos.
  • Evitar la bollería y los productos de pastelería, así como cualquier alimento muy rico en azúcares ya que no resultan beneficiosos para los procesos digestivos.
  • Restringir el consumo de bebidas carbonatadas, refrescos y moderar el consumo de zumos, no muy recomendados unos por su acidez y otros por su dulzor.

Además de estas pautas generales que, insistimos, deben ser siempre supervisadas por un especialista, es importante seguir hábitos de vida saludables como:

  • Evitar la ropa ajustada o cualquier objeto que provoque presión abdominal.
  • Es recomendable permanecer sentado  o de pie durante un periodo de aproximadamente tres horas tras la comida. Debe evitarse acostarse después de las comidas.
  • Abandonar el tabaco y el consumo de alcohol.
  • Mantener un peso óptimo. La obesidad aumenta el riesgo de reflujo.