Durante el verano cambiamos muchos de nuestros hábitos, algunos de los cuales pueden afectar directamente a nuestra dieta; pasamos más tiempo fuera de casa, comemos y cenamos fuera más veces y eso, sino actuamos con responsabilidad, puede conducirnos a olvidarnos de la importancia y de los beneficios de seguir una dieta sana y equilibrada.

Por ello, y con el objetivo principal de que tu salud no se resienta este verano, la dietista – nutricionista de Sanugal y la doctora en Farmacia, Laura Fleire, ha preparado unas sencillas pautas para que este verano consigas mantenerte en tu peso óptimo sin renunciar a disfrutar de agradables comidas y cenas fuera de tu entorno habitual.

12 básicos para guardar la línea este verano

  • Procura realizar cinco comidas al día; comidas ligeras y no muy abundantes;
  • Intenta disfrutar de cada comida y de cada cena en entornos agradables, sin prisa, y si puede ser en buena compañía mucho mejor;
  • Mastica con tranquilidad para evitar la ansiedad que en ocasiones nos hace comer de forma compulsiva;
  • Bebe agua tanto en las comidas como entre horas. Si te aburre beber agua todo el rato, una alternativa sabrosa, con escasas calorías e igual de hidratante, es añadir al agua mineral rodajas de fruta y un poco de hielo picado. También puedes optar por las infusiones;
  • Estés de vacaciones o no, desayuna siempre. Recuerda que el desayuno ideal es aquel que incluye un lácteo (siempre mejor la opción desnatada), una fruta y un cereal. Por ejemplo, un melocotón, un café con leche desnatada con sacarina y una tostada con un hilito de aceite de oliva, e incluso tomate picado, sería un desayuno saludable y completo.
  • ¿Eres de los que no puede resistirse a la caña o el refresco del aperitivo con aceitunas?  ¡No renuncies a tu momento en el chiringuito, pero contrólate! La opción más saludable es tomar cerveza sin alcohol o rebajarla con gaseosa, y si eliges tomarte un refresco, recuerda que los denominados light o zero no aportan calorías extra. Para acompañar ese momento de relax deja de lado las patatas fritas y consume encurtidos. Y si no puedes frenar tu pasión por las aceitunas, no tomes más de 5 ó 6.
  • El pan, las patatas y la pasta…. ¡no son enemigos en la dieta! Consúmelos de forma moderada. El pan debe estar presente todos los días en la mesa, pero con una ración de 40 gramos, aproximadamente, es suficiente. Las patatas fritas deberían estar prácticamente desterradas de comidas y aperitivos; sustitúyelas por patatas cocidas o al horno. La pasta intenta acompañarla de verduras, si son de temporada mejor; puedes consumirla también en ensaladas, con atún al natural o con pollo, pero evita cubrirla con salsas de alto contenido en grasas.
  • Abusa de los productos de temporada y no dejes de tomar productos típicos del lugar donde te encuentres. Además de ser la opción más económica, también es la más saludable nutricionalmente. Aprovechemos la oportunidad que ofrece el verano de poder degustar gran variedad de frutas y verduras de temporada.
  • Cocina al horno, a la plancha, hervido o la brasa y deja a un lado los fritos, porque estas formas de preparación respetan más el sabor de los alimentos y no aportan calorías extra. Aliña tu platos con las especias que más te gusten y combínalas a tu antojo.
  • Haz que los platos ligeros y de temporada sean las estrellas de tu mesa: gazpachos sin pan y cremas de calabaza, melón o remolacha, son saciantes y refrescantes.
  • No le temas al postre: cambia los helados por piezas de fruta. El consumo de helados debe ser esporádico y mejor si son polos de hielo. Otra opción que aporta pocas calorías son los granizados elaborados con zumos naturales, de café o infusiones heladas.
  • Equilibra siempre tus platos. Asegúrate de que hay siempre una pequeña cantidad de proteína, otra de grasa y la mitad de hidratos de carbono.

   Parte del éxito de la dieta radica en combinarla con actividad física.

Aprovecha el periodo estival para caminar al menos 40 minutos al día.